Miradas

De repente sueño con ella, con sus manos teñidas de zurcos por el paso de los años. Sueño que su mirada puede ser el fruto de decepciones sin tregua, de revelaciones sobre la poca ética de aquellos que algún día la rodearon. Sueña despacio. Tiene miedo a lo nuevo. Se agarra a lo conocido frente a aquello que en algún momento pueda hacerle algún tipo de daño. Quiere quedarse en donde está.

Cada vez que ha dado o abierto su alma a otras personas, ha sufrido en silencio. 
La sueño en braile, tocando cada punto que la define, pero que nunca has necesitado ver para poder sentir y definir.

La sueño con ese anhelo de volverla a ver, aún a sabiendas de que sus ojos nunca querían cruzarse con los míos si no es por error.
Y  de repente siento que me despierto apaciblemente, en silencio, sin ella. 

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