LEE AMOR MÍO


    ¡Es escalofriante! Es de locos sentir que te tengo aquí, cerca mío a apenas un paso, mirando cómo seremos uno al mismo son, cómo seremos poesía para oros, cómo seremos el motivo de burla de él o ella, cómo seremos todo y nada.
    Admítelo tú tampoco creías que acabaríamos juntos, me mirabas raro cada vez que quedábamos, admito que yo tampoco te vi cómo alguien ideal.
    Éramos chiquillos de la nueva escuela, amen modas temporales, besen y beban como borregos, hagan todo eso que hagan los demás para pasar desapercibidos.
    Fin de la historia de niños,estás aquí y soy una contigo y sin ti, somos dos juntos, dos separados, dos que aman al miedo, que besan el cielo acariciando al otro,¿quién diría que todo terminaría aquí?
    Mírate esa cara, cinco años después vienes a besarme, a acariciarme a decirme que somos lo que siempre debimos ser, felices.
    ¿Soy feliz? ¡Diablos! Lo soy, esa niña que se crió en cuatro paredes es ahora una mujer que gime entre otras cuatro, soy una poseída del amor, soy una amante en tu destino.
    Para ti era una más, lo era al principio, no, no me digas nada, no sé.
    Sé que apostabas para acostarte conmigo y que casi lo haces, pero no me engañes sé que tu consciencia nació con mi ternura
    Éramos fieles y continuamos juntos bajo todo.
    ¿Te acuerdas de la primera vez que quedamos? Olías a tabaco y lo ignoré admito que lo odiaba pero lo acepté por verte de más cerca. Tus ojos me encandilaban, mirada directa, segura y dios, tu sonrisa.
    Quiero un primer día otra vez, de esos que arrancan el alma a tirones de deseo, que aman hasta el amanecer y despiertan en los brazos de la reflexión, que suben y bajan los impulsos humanos, quiero un día amado mío.
    Y, quiero poseerte, no cómo me poseíste la primera vez que te dejé hacerme el amor no, quiero poseerte cómo un alquimista disfruta mezclando y produciendo diamantes como tú,un perfumista amando la dulce fragancia que surge de la mezcla de gotitas.
    Quiero que tu dulce fragancia impregne mi cuerpo, mi clavícula, mi cuello, quiero que todo tú venga a mí.
    Se acabó, no digas nada amado mío, hoy quiero silencio, pero no cómo el que imponía Bernarda Alba en la mágica obra de García Lorca, exijo silencio cómo mejor medio para coger tu mano y acabar esto que comenzamos.
    Dulce amado mío, levanta la cabeza, sigo aquí, no tengas miedo de mirarme


Comentarios