J U G A D A

Sintió el roce de su mano levemente,
solo era una insinuaciónn de todo lo que se escondía tras esa piel.
Se situó de cara al objetivo
 y marcó las reglas él solo.
Era poesía verle tan concentrado
en algo tan simple como una bola y su arma de fuego.
 Era poesía verle observar
 y captar que cada movimiento, que cada centímetro llevaría a cabo una función.
Se flexionó de nuevo para aumentar la puntuación y la miró,
y no solo la miró, sino que cuando quiso darse cuenta la desnudó.
Le abrió las palabras y sacó de ella todo
y más de lo que podía creer
y fue en ese paso de una esquina a otra que llegó la prueba final. Una esquina y una última bola, un golpe seco y un sonido mezclado con el gemido que se avecinaba.
La mesa sintió la bola y con ella la yema de los dedos en la piel, el culo pegado y la mano traviesa que enseñaba cuales eran sus puntos débiles. Un leve movimiento y estaba el partido ganado,
la mesa marcaba los golpes, uno tras uno y aumentando el volumen de los gemidos como quien avecina un gran final, una gran victoria...
Maravilloso orgasmo que marca el punto final y da pie a una revancha en el otro extremo de la mesa, a un par si queremos un ganador. Maravillosa jugada.

Comentarios